Tracy Waterhouse compra literalmente a una prostituta la custodia de su hija. El asesinato de la madre antes de que se lleve a cabo el intercambio pone de manifiesto una serie de relaciones tejidas alrededor del antiguo caso Braithwate (una horripilante masacre de prostitutas), cerrado tres décadas antes. El detective Jackson Brodie, que investiga los orígenes de la adopción de una cliente neozelandesa, se sumerge en una trama de extorsión y chantaje dictada por los intereses más turbios.
Así de entrada no parece nada del otro jueves pero Kate Atkinson le saca punta al lapiz y una vez más ahonda en los sentimientos más oscuros y profundos de las personas tocando fibras muy sensibles. Todo esto combinado con una trama que va desmadejando poco a poco dejando para el final la guinda del pastel. Todos los personajes son importantes en la historia, todos tienen su cometido y su porque. Combinado con una prosa inmejorable plagada de ironía y de humor el resultado es un 10.
Y así me quedo luego, que llevo un desfile de libros inacabados, otros de lectura rápida a la espera del nuevo libro de Kate Morton (estas Kates escriben fabulosamente bien).
La próxima novela de Kate Atkinson está prevista también para marzo, se llamará Vida después de la vida, narra la vida una mujer que nace en 1910 durante una tormenta de nieve en Inglaterra. En la novela se presenta dos escenarios en uno, en uno la protagonista muere directamente; en el otro ella vive para contarlo. La autora le da una segunda oportunidad de vida y puede observar los acontecimientos que se suceden durante XX.
¿Y que títulos os han dejado "huérfanos"?
Jolín, y yo aún sin leer nada de esta señora...
ResponderEliminarTendré que ponerle remedio ;-)
Bss,
Inma
Pues mucho estás tardando...
EliminarGuau, un diez.
ResponderEliminarFijate que me llamaba muchísimo la atención el título de esta novela, ya sabes, es inespecífico y raro... y por eso me atrae.
Me gustan las historias aparentemente poco relevantes que descubren personajes que nos acompañan un tiempo. Lo traeré a casa en mi próxima incursión librera en lugar de quedarme mirando.
Gracias y besos